Cada semana aparece una nueva herramienta de IA. Cada mes, una gran plataforma (la más reciente, META) promete hacerlo todo por ti: pensar, producir, lanzar. Y cada vez son más las voces que sentencian que las agencias de publicidad tienen los días contados.
¿La realidad? No es el fin de las agencias. O mejor dicho, no de todas. Lo que sí puede ser es el fin de un tipo de agencia: la que solo ejecuta sin pensar. Para el resto, es el momento de demostrar su valor.
¿Se nos está yendo la olla?
A lo tonto a lo tonto, la tecnología (IA, automatización, plataformas de medios…) ha ido reduciendo pasito a pasito, suave suavecito, muchas barreras que creíamos insalvables: ahora resulta que cualquiera puede generar un anuncio, una campaña o una estrategia en apenas unos minutos. Pero… ¡ay, amigo! Ese «cualquiera» no tiene ni repajolera idea de qué es lo que hace a una marca única, relevante y con visión de futuro.
El nuevo espacio para las agencias (que piensan)
Ese es el nuevo terreno de juego. Y ahí, una agencia como NCA Smart tiene mucho que decir:
- Pensamiento estratégico.
- Posicionamiento de marca.
- Dirección creativa.
- Tono y personalidad.
- Arquitectura de marca.
- Employer branding.
- Contenidos con visión, no solo con keywords.
- Externalización con cabeza (Smart Outsourcing).

Los dolores de las marcas no son solo creativos: son estratégicos
Piden estrategias que sumen a largo plazo y campañas que conecten con sus valores, sus retos de negocio y su cultura. No solo ideas llamativas.
Piden que alguien las entienda antes de empezar a crear. Que traduzca sus desafíos en soluciones y su propósito en comunicación real. Y piden acompañamiento, no solo entregables. Necesitan una agencia que piense con ellas, que las escuche y que las impulse más allá del brief.
Creatividad que nace del pensamiento
De esa conversación surge, de manera natural, un pensamiento y una reflexión estratégica. Y como además de cerebro tenemos sensibilidad, no creamos campañas, sino historias coherentes que reflejan su personalidad y conectan con sus audiencias. Campañas con una dirección clara, que responden a un porqué.
Y no competimos con la IA, sino que la usamos con criterio y estrategia para ser más rápidos, más eficaces y más relevantes. Lo que nos diferencia no es la herramienta, es la mirada con la que la usamos.
¿El fin de las agencias? Puede ser. Pero solo de las que dejaron de pensar hace tiempo.

Marta Jiménez
Directora de cuentas